En Octubre del 2024 (hace 7 meses), una cuñada de nombre Maura, estuvo insistiendo que le acompañara al laboratorio para tomarnos muestra de sangre y checar nuestra salud. Tanto fue su insistencia que accedimos a regañadientes. Lo que revelaron los resultados de dichos exámenes nos asustó. Inmediatamente le propuse a @aventurerasbike recomendara un medico internista dentro de sus conocidos. Ella se decantó por Jean Carlos Molina, un joven licenciado en medicina con postgrado en interna, compañero de ruta en sus aventuras por las carreteras de Aragua, Venezuela. A su consultorio fuimos a parar preocupados y el hombre fue muy profesional. Tal como son los médicos venezolanos, nos escuchó con paciencia y nos hizo ver que podía ayudar. Siempre y cuando pusiéramos de nuestra parte. La medicación, por si sola, no lograría el milagro. La comida para mí no era el problema. Después de cierta edad me he convertido en hombre de poco comer. 126 Kg. marcó la balanza inicialmente. Era la falta de movimiento lo que nos estaba matando. Aún así, comenzamos un régimen combinado de medicamentos y restricción de calórica.
La verdad, seguimos comiendo las mismas raciones y los mismos alimentos. Lo único eliminado de nuestra dieta fueron: cereales, azúcares, harinas y el alcohol. Rebajamos cerca de 6 kilos el primer mes antes de viajar a la Argentina (pueden ver las imágenes donde el cambio y el trabajo de 7 meses resalta a la vista). Una combinación de metformina, medicamentos para controlar la ansiedad, para regular la presión sanguínea y para compensar enzimas actuantes sobre la grasa consumida, ayudaron. Pero la disciplina en la alimentación contribuyó mucho. Ya en suelo gaucho, en pleno verano, se nos ocurrió volver a practicar nuestro deporte preferido por excelencia: la natación. Fue así como nos inscribimos en la pileta del club "Estrella de Maldonado" y comenzamos a entrenar. Por supuesto, mi condición física era desastrosa y nos tomó un poco de tiempo volver a retomar el ritmo. Sin prisa, pero sin pausa, 3 o 4 veces a la semana nos acercamos al centro natatorio con la finalidad de entregar una hora de ejercicio a nuestro cuerpo. Tres horas de natación semanal son suficientes para retomar la forma física.
Poco a poco, nuestro noble cuerpo comenzó a demostrar los beneficios del trabajo invertido en él: las manchas provocadas por el exceso de azúcar en la sangre, desaparecieron. La resistencia física para caminar y manejar nuestra mole aumentó (no es lo mismo cargar con 126 kgs., que lidiar con 24 kgs. menos). Dormir dejó de ser una pesadilla porque comenzamos a conciliar el sueño como un bebé. Los cambios de humor se volvieron mucho más sutiles y de pronto, nos invadió una paz mental increíble, aderezada por el ambiente bonito de un país que nos ha acogido como jamás habríamos esperado. Dicho esto, la Argentina ha significado para éste redactor, una especie de salvavida, dado el marco de desespero que se vive en nuestro país de origen. Cuando tienes paz mental, puedes dedicar la mayor parte de vuestro tiempo a crecer personalmente. Nuestra respiración, incluso, se volvió más pausada y eficiente. No puedo describir enteramente la cantidad de dones recibidos a partir de ésta experiencia.
Soy alguien quien cree firmemente en el ejemplo como factor de congruencia en el actuar humano. Para nosotros, siempre fue un factor de conflicto interno tener sobrepeso y liderar una comunidad deportiva (@fulldeportes). No había congruencia allí. Pero no hacía nada al respecto. Unos exámenes y un susto fueron la chispa de arranque para actuar. La mano de nuestro médico -Jean Carlos- gravitó sobre nuestra voluntad de hacer, porque fue bien claro desde el principio: "no hago milagros, te tienes que ocupar" Por último, la férrea voluntad de intentar dar el ejemplo, con el fin de consolidar nuestra creencia en la congruencia, el único capital que posee usted en Web3. Hoy día, nos sentimos muy bien física y mentalmente. Todavía guardo algunos desafíos internos de corte mental por superar, pero nada comparado a los que nos esperaban siete meses atrás. Por tercera vez en nuestra vida de adulta, nos encaminamos a rebajar el peso corporal por debajo de los 100 kgs. Y, ésta vez, esperamos sea para siempre. Los leo en los comentarios.
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